Coloquio de Perico e Marica

Frei Martín Sarmiento - 2002


 

VIDA | OBRA | CRONOLOXÍA | SOBRE F.M. SARMIENTO | PARA ACHEGÁRMONOS A F.M.S.

COLOQUIO DE PERICO Y MARICA OU

COLOQUIO DE 24 GALLEGOS RÚSTICOS

 

COLECCIÓN

 

De muchas palabras, voces y frases gallegas, que el año 1745 oí, leí y observé en Galicia, estando a divertirme en la villa de Pontevedra, donde me he criado, y habiendo andado por varias partes del reino.

 

Recopiladas para mi curiosidad, y para tenerlas presentes en la memoriam en unas coplas de estilo pueril y rústico, del metro que en castellano llaman de Perico y Marica, y aunque no soy poeta y estas coplas son las primeras que hice en este metro, idioma y estilo, importa poco que no sean buenas, pues mi asunto ha sido juntar muchas voces gallegas particulares y escribirlas en su verdadera ortografía, que observé en varios instrumentos en lengua gallega, que leí en Pontevedra, y en otras partes, con singular gusto.

 

De aquella peregrinación por Galicia me volví a Madrid, a este monasterio de San Martín, a 10 de febrero de 1746. En ese mismo año, a 9 de julio murió Felipe Quinto. Con esa ocasión y la exalración al trono de su hijo y nuestro rey Fernando el Sexto, salieron infinitas coplas y versos en varias lenguas, y las más prescribían varias máximas útiles para el buen gobierno nuevo que todos deseábamos.

 

Como yo acababa de llegar de Galicia, y traía frescas en la memoria muchas voces y frases gallegas, se me antojó tentar el hacer un romanzón que comprendiese las más de ellas y el asunto dicho.

 

Usé del estilo proporcionando a los que hablan en él; y para que tuviese alguna gracia, introduje rústicos y rústicas, y entre ellos chicos y chicas, para que, viendo el estilo rústico y pueril, se puedan acomodar las mismas voces al estilo más limado y oculto.

 

El argumento de las coplas se reduce a lo siguiente: finjo que varios gallegos y gallegas se juntaron en un campo, y que allí tuvieron sus coloquios sobre la muerte de Felipe V y el nuevo reinado de Fernando VI.

 

A una legua de Pontevedra, entre oriente y mediodía, y en el camino de Rivadabía, se halla, después de haber subido esa legua, una hermosa llanura (que en gallego llaman chan) y que aquella se llama Chan de Parafita, por estar junto a la Piedrafita del monte de la feligresía de Marcón.

 

Es aquel sitio uno de los mejores puntos de visión que hay en las vecindades de Pontevedra. Estuve en el dicho sitio o chan, y es un embeleso tender la vista al poniente, norte y oriente, pues se ve toda la ría de Pontecedra, el océano, toda la villa y sus amenísimas vecindades, las islas de Ons, todo el camino de Tuy y de Santiago, el monasterio de Lérez, de nuestra orden, y otros mil objetos vistosos.

 

Todas las aldeanas que por aquel camino vienen diariamente a Pontevedra a vender y comprar, cuando vuelven a sus aldeas se paran en aquel chan o campiña elevada. Se asientan todas mirando hacia Pontevedra y charlando entre sí, como acostumbran, se ponen a merendar; y por lo común comen berberichos, cangrejos, ostras y otros mariscos que compraron con algo de pan de maíz, que allí llaman petadas, y después cada una se va por su camino respectivo.

 

Todod los sábados hay mercado público en Pontevedra, y ese día es infinito el concurso de todas las aldeas, y es mayor el número de aldeanos y aldeanas que ese día viene y se vuelve por el Chan de Parafita; y a la tarde es más visible allí la multitud que se sienta a comer, beber y parlar, y todos en tropa.

 

Finjo que 12 segadores, cuatro respigaderas, dos chicos y dos chicas, todas naturales del arciprestazgo de Morrazo y de aquellas vecindades, habiendo venido a tierra de Madrid, se volvían a sus casas; y que el tercer sábado de mercado de septiembre de 1746, aunque por diferentes caminos, se juntaron todos en tropa en el dicho chan, y que allí concurrieron a la tarde con cuatro aldeanas que se volvían del mercado de la villa para sus respectivas aldeas; y que conociéndose casi todos, se abrazaron, saludaron, etc.; y que mientras comían entablaron el coloquio sobre novedades de Madrid y de Pontevedra.

 

Conocí a un aldeano natural de Mourente, y del lugarcito de Monte Porreiro, vecino y al norte de dicho chan; su nombre Marcos da Portela. Este era (y creo vive) el rústico más advertido, picarón y gracioso que allí traté aun siendo yo niño.

 

Finjo que el cura de Taboadelo, al mediodía del chan, estaba enfermo; y que ofreciéndosele al dicho Marcos ir a verle, la fue forzoso atravesar por el chan; y que viendo allí tanto concurso de gente sentada, se paró, se sentó y estuvo oyendo todo el coloquio, y que después se determinó a ponerlo en coplas a su modo, aunque jamás había hecho coplas; pero hizo estudio, cuando él no hablaba por sí, de guardar el estilo de los que hablaron. Así, cuando él habla, usa el común estilo, y cuando hablan los chicos usan del estilo pueril, cuando los hombres el estilo rústico, aunque grave, y cuando las mujeres, el estilo mujeril humilde, y todo en gallego.

 


Veinticinco personas

Perucho dos Merolos,

Maruxa das Rulas,

Xepiño da Fonte,

Minguiña do Rego.

 

Antón de Domayo

Mamed de Salcedo

Albertos de Coyro

Macias de Hermelo

 

Martiño dos Cobres,

Bartholo do Tesso,

Bieito de Ardán,

Bras de Montezelo,

 

Roque de Beluso,

Bastián do Castelo,

Jhan de Figueirido,

Mingos do Penedo.

 

Lucia da Esculca,

Thereixa do Cerro,

Farruca da Braña,

Marta dos Rexelos

 

Andrea da Chouza,

Thomasa d’Outeyro

Catuxa do Mato,

Mariña a do Cego.

 

El poeta Marcos da Portela

 

 

Coloquio de 24 Gallegos Rústicos

 

1 No chan que en Morrazo

chaman os galegos

tamen San Cybran

que chega hasta o ceo,

 

2 que està no camiño

que vai ao Ribeyro

dendes Pontevedra

a vila do reyno,

 

3 a hum-ha legoiña,

camiño dereyto,

fay conta que sigues

o rumbo surlesto

 

4 se sube en relanzo

por todo o vieyro

sen muita fadiga

nem muito tormento,

 

5 agiña se chega

ao chan que dixemos,

e mais ê bem ancho

todo o seu terreo.

 

6 Alí corren lebres,

e cazan coellos

os homes nas festas,

despois van vendelos.

 

7 De alí, d’aquel chan,

tan alto en extremo,

se ve toda a vila

cos seus arrodeos;

 

8 se ve o mar bravo,

se ve o mar quedo,

de Ons e do Tambo

as ilhas ao lexos

 

9 se ven Portonovo

e junto San Xenxo,

Marin e Combarro,

Lourido e Campelo;

 

10 se ven a Castrove,

e mais Montecelo,

tamen San Cybram

e mais o Castelo

 

11 Do norte está posto

o lindo comvento

dos frades de Lerez

que está nhum outeiro

 

12 Alí donde sempre

van muitos romeiros

ao San Benitiño,

santiño bem feito.

 

13 Tamén de aquel chan

se ven que estan preto

os olhos da Ponte

e o Burgo pequeño

 

14 Morrazo se fora

mais chan seu terreo

se vira de fronte

casi todo enteiro.

 

15 Por fin os navios

e barcos dos pescos

se ven navegare

e mais se estan quedos

 

16 Os olhos se fartan

con tanto recreo

de terra, de verde,

de mar e de ceo

 

17 Ali no chan dito,

subindo ou decendo,

a gente se para

relouca de velo

 

18 S’asenta no chan

ou sobre un penedo

e colle refolgo,

co vento mareiro

 

19 Ali as meniñas

as mozas, os nenos,

as velhas, os mozos

os homes, os velhos,

 

20 que veñan, que volten,

a vila, ao eido,

almorzan, merendan,

e failles proveyto.

 

21 Faragullas de pan,

migallas de queixo,

castañas mamotas

ou fruita do tempo.

 

22 Se compran na vila

por pouco diñeyro

ameixas e ostras,

centolas, cangrejos,

 

23 e mais caramuxos,

que compran por centos,

ou berberechiños

que tem pouco prezo.

 

24 Ali os escochan

con mans ou con ferros,

os chuchan ou comen

con moito sosego.

 

25 Por iso aquel chan

està sempre cheo,

de cachos mariños

estando tan lexos.

 

26 Na vila ê costume

dempois qu’a coñezco

qu’os sabados todos

do ano e arreo,

 

27 se faga um mercado

mercando e vendendo

mil cousas do usso

con muito comerzo

 

28 de olas, de potes,

de asados, pucheiros,

de pratos, cazolas,

picheles e petos,

 

29 angazos e rodros,

rebolos e eyxos,

de rocas, de fuxos,

de trouzos, sarelos,

 

30 de polas e polos,

de lebres, coelhos,

de pitas e ovos,

deveces son frescos,

 

1 marrâs, bacuriños,

años e carneiros,

câpos e cabirtos,

e todo a bom prezo;

 

32 pantrigos, petadas,

ripotes e queixos,

mel e manteiguiñas

e fruitas do tempo

 

33 de liño, d’estopa,

de mantas, mantelos,

de cintas, de faixas,

manguiñas, ourelos,

 

34 navallas, fouciñas

tixeiras cuitelos,

e vingueletiños

grandes e pequenos.

 

35 As coles con terra

se venden por centos,

se mide a naviña

val muito diñeiro.

 

36 Por fin e por postre,

mal e que cansemos,

se vende, se merca,

de todo, sen termo.

 

37 Asi pois un dia

do mes de setembro

que foi dezasete,

mercado o terceiro,

 

38 eu Marcos Portèla

do Monte Porreyro,

que son, mal pecado,

hum probe labrego,

 

39 paseim por ventura,

ind’a ver ò crego

Jacinto, que estaba

en Taboadelo:

 

40 Junt’a Parafita,

camiño dereito,

indo de Mourente

cortando o vieiro.

 

41 cheguein a tardiña

as catro, algo menos,

ao chan devandito,

cansad’anque ledo.

 

42 Vim muito gentío

qu’estaba alí quedo,

deitado na herva,

comendo e bebendo;

 

43 vim mozos, vim mozas,

vim homes, vim vellos,

vim muitas mulleres,

vim nenas, vim nenos.

 

44 Huns viñan da sega,

castellans enxertos,

outros do mercado

volbían ao eido,

 

45 Por serem os mais

amigos e deudos,

todos de Morazo,

ou do seu terreo.

 

46 Así que no chan,

e sin cuidar nelo,

foy ô seu encontro

chegando a tal tempo,

 

47 Jesus, que alegría!

Jesus, que contento!

Jesus, que saudes,

abrazos e beixos!

 

48 Sentaronse todos,

no campiño seco,

ollando âs de veces

â vila en dereito.

 

49 Ali merendaron

grandes e pequenos

juntaron merendas,

e todos comeron.

 

50 Tampouco faltou

para o cumprimento,

pantrigo da vila,

viño do Ribeyro.

 

51 A min qu’os ollaba,

e estaba mui preto,

por farme merzede

todos me dixeron:

 

52 -Ay Marcos, compadre,

tomay hum cortezo,

e botaylle dous tragos,

qu’abondo aquí temos.

 

53 Non fum porfiado,

que estaba sedento,

comin e bebim

bastante, por certo

 

54 Dempois da merenda,

eu quixem primeiro,

saber dos que viñan

que novas trouxeron.

 

55 Os numes de todos

direi, pois me lembro,

serán vintecatro,

ôs outros os deixo.

 

56 Doce segadores,

que alá en Toledo,

segaron, ou cerca

de Madrid, o mesmo.

 

57 Anton de Domayo,

Mamed de Salcedo,

Alberto de Coyro

Macías de Hermelo

 

58 Martiño dos Cobres,

Bartholo do Tesso

Bieito d’Aldan

Bras do Montecelo

 

59 Roque de Beluso,

Bastian do Castelo

Jân de Figueirido

Mingos do Penedo.

 

60 Mais catro mulleres,

que foran arreo

cinc’anos a sega,

por facer diñeiro:

 

61 Lucía da Esculca,

Thereixa do Cerro,

Farruca da Braña,

Marta dos Rexelos.

 

62 Tamen dous rapaces,

e amos pequenos,

Xepiño da Fonte

Perucho dos Merlos.

 

63 Duas raparigas,

amas de bon geito,

Maruxa das Rulas,

Minguiña do Rego.

 

64 Os catro estiveran

dez meses arréo

servindo en Madril

por pouco diñeiro.

 

65 Xepiño tanguía,

o binco d’hum cego

com elle cantava,

con aire galego.

 

66 Facía baylare,

ô can por diñeiro,

pedía nas ruas

o pan para o cego.

 

 

 

 

67 Comprava Perucho

os zapatos bellos,

berrava cum saco,

para recollelos.

 

68 Andava descalzo,

e sempre correndo,

tan probe era o dono,

so tiña remendos.

 

69 Maruxa servira

a hum pasteleiro,

na Porta do Sole,

no lado esquerdo.

 

70 Diz que e mui bizarro

e gasta por cento,

Maruxa ajotaba

as moscas do eido..

 

71 Minguiña, mais nena,

estaba cum bello,

facíalle a cama

con mal aderezo.

 

72 El fora soldado,

mais era un famento,

quería a Minguiña

muito por extremo.

 

73 Os catro que dixen,

así m’o dixeron,

canto deles conto

eu non poño erro.

 

74 Os mesmos e todo

tiñan parentesco,

criados e nados

num mesmo terreo.

 

75 Volvians’ a terra

por outros vieyros,

juntaranse todos

no chan a desejo.

 

76 A gente da volta

do mercado feito;

foi muita, foi tanta

que eu non a coñezco.

 

77 So catro mulleres

falaron dereito;

direi os deus numes,

son de Carvalledo:

 

78 Andrea da Chouza,

a neta do cego,

vendira leitugas,

comprara cangrexos.

 

79 Un feixe de toxos

Tomasa d’Outeiro

vendira na vila,

comprara jorelos.

 

80 Catuxa do Mato,

landres e coellos

vendira, comprara

sal e mais pan fresco.

 

81 Comprara jouviñas

Maruxa a do cego,

na praza vendira

gestas con codesos

 

82 As outras que calo

alá ao seu geito,

na praza ou mercado

vendiran, eu creo

 

83 ja leite, ja herva,

ja figos, pexegos,

vasoiras, ou bruños,

ja peras, ja peros.

 

84 Compraran a volta

ja olas, ja petos,

ja berberichiños,

ja peites, ja espellos.

 

85 Sô os vinte e catro

falaron arreo

das cousas de novo

que estavan correndo

 

86 Direin as que ouvim

porein-has en versos

qu’asi os meniños

podran despredêlos.

 

87 Eu non sei de copras

e faltam’o engeño

nem fixem cantigas

no falar galego.

 

88 Fareim-has pois logo

cos ringrons pequenos

enxempro das outras

que cantan os nenos.

 

89 Meniñas de Noya

cando van ao mato,

levan a merenda

ao Santo San Marcos.

 

90 Ainda que sejan

de pouco concerto

sejan como foren

seran ao meu geito.

 

91 Heim-has de cantare,

e naquel ton mesmo

ou do saramago

que naceu no teso.

 

92 Os homes xoubios

diran, eu cho creo,

Marcos da Portela

relouca de vello.

 

93 E iso que importa?

que temos con eso?

s’eu quero folgarme

calen pois, lavercos.

 

94 Heim-has de cantare

no monte Porreiro,

cando nas cachadas

sembrare o centeo.

 

95 Cando for a vila

para meu contento

verein qu’as suadades

cantando son menos.

 

96 Mais no dia santo,

s’ay gayta ou pandeiro

alí miñas compras

farán seu efeuto.

 

97 Cantaram-has nenas,

Cantaram-has nenos,

baylarán os mozos,

os mozos solteiros

 

98 Por farme mercede

cantarán nos medios:

Marcos da Portela

e poetra vello.

 

99 Marcos da Portela

do monte Porreiro,

e vello nos anos

e poetra neno.

 

100 Agora pois vamos,

dicindo nos versos,

que cousas falaron,

que cousas dixeron

 

(GLOSARIO DAS CINCO PRIMEIRAS COPLAS)

 GLOSARIO

Para la inteligencia de todas las voces de la Lengua Gallega, y en especial de la que se habla en la Villa de Pontevedra y en sus cercanías; las cuales recopilé en las 1.200 coplas gallegas, que formé en boca de dos chicos y dos chicas gallegas, que estaban en Madrid en el año 1746, cuando murió Felipe V. Y finjo que habían tenido sus coloquios en el llano de Piedrahita, a vista de Pontevedra, y sigo el orden de las coplas.

 

Nota

 Ô con boca casi cerrada

Ó con boca muy abierta

Ê con boca casi cerrada

É con boca muy abierta

 

 

Copla 1

NÔ CHAN.

Los gallegos pierden la L en los artículos el, la, las, los y dicen ô, â, ôs, âs; y pierden la l o la E de la preposición in o en. Y así, por <en el> dicen nô, con la boca muy cerrada para la ô.

 

CHAN. Latín puro, de plano; plan y llano en castellano. Los gallegos mudan la PL en CH, v.g.: de plumbo, plivia, plorare: chorar, chuvia, chumbo.

 

QUÉ EN MORRAZO. Por la sinalefa se debe escribir qu’en Morrazo, y se debe leer quên, cerrada casi la boca para la ê. Escribí qu’en poniendo la e en lugar del común apóstrofe(‘): qu’en, para que se sepa qué vocal se come o se suprime.

 

MORRAZO. Nombre de arciprestazgo, del arcedianato del Salnés en el arzobispado de Santiago. Es un terreno muy elevado, casi como isla o promontorio, que está a la vista de Pontevedra, desde el sureste al mediodía (tendrá de largo cinco leguas y de ancho dos) cuya ladera meridional mira y termina lo largo de la ría de Vigo, y la septentrional la ría de Pontevedra. Su lado occidental admite de poniente a oriente la ría pequeña de Aldán, y su lado oriental es el camino real de Pontevedra a Puente San Payo para Tuy; y a no ser estas dos leguas que hay a la Puente de San Payo o una al embarcadero del Ullòo, todo el arciprestazgo de Morrazo sería una isla.

En las donaciones antiguas a la catedral de Santiago se llamaba Muracium o Murracium, y de ahí Morrazo. Acaso todo de abundancia de <muros>, o mejor porque todo el terreno es un grande <morro>, que en castellano significa un <promontorio>, v.g.: el Morro de la Habana, etc.; y es cierto que un grande <morro> se debe llamar Morràzo.

Es un país muy fértil y tiene 35 feligresías y la gente, que es mucha, es muy laboriosa y mucha viene a Castilla a segar, pero se vuelve.

 

CHAMAN ÔS GALEGOS. Así como los gallegos mudamos la PL en Ch, también mudamos en CH la CL, v. g.:de claves, cloca, etc., chaves, choca. Así es del puro latino clamare, clamant, chaman y en castellano llaman.

 

CHAN DE PARAFITA. Nombre propio de un sitio alto, a una legua de Pontevedra al surleste, y en el cual está una llanura o campiña en donde imagino que ha sido el coloquio de los gallegos segadores, como consta de mi prólogo a las Coplas.

Hay en España muchos sitios con nombre de Piedrahita y Piedrafita aludiendo a algún peñascón muy alto y derecho. conservando los gallegos la voz fita, trastornaron la voz piedra en para, v.g.: en Morrazo Paralaya, etc.

La voz fita es de fixa, y en latín antiguo ficta, y en antiguo castellano fita, y después hita. De ahí Fitero o Hitero, de ahí jugar al hito, y la voz gallega fitòn, que se aplica al que juega con destreza al hito ( y acaso de ahí por trastornación, fistol), y con especialidad se llaman fitòn un ochavo pesado, ancho, y remachado, para jugar con él al tángano, que casi es lo mismo que el hito; y después, por la traslación, se dice en castellano de un discreto, que < ha dado en el hito>

 

Al mediodía de dicho chan o llanura se eleva un montezuelo, y en él unos empinados peñascos, hitos, fitos o fixos, que hacen un cuerpo, y es la Piedra o Parafita. Y por dividir términos, se llama Marco o Marcón en los instrumentos; y por lo mismo, la feligresía que está entre él y Pontevedra se llama San Miguel de Marcón. También el dicho peñasco se llama Facho de Marcón.

 

La voz facho es muy común en Galicia a las eminencias en donde, para avisar de la venida de los enemigos, se encienden las hogueras; y así viene de fax, facis.

 

Si en ellas hay farol continuo para guiar a los marineros se llaman Faros, y si sólo para hogueras Fachos. A veces se toma uno por otro, v.g.: ô Monte do Faro, ô Monte do Facho, y este continuamente tiene a centinelas en la marina. Desde el Facho o Parafita de Marcón, por su grande altura, se ve inmenso mar.

 

QUE CHEGA ASTA Ô CEO. Fácil de entender. El verbo chegar del latín plico, -as; al modo que de aplicare, allegar y achegar gallego, por lo dicho en chan de pasar la PL a CH en gallego, y en castellano a LL.

 

En latín aplicuit a tal puerto o parte quiere decir llegó, y en gallego chegou. Así allegar y achegar en el sentido de juntar o ajuntar, viene el mismo aplicare.

 

ASTA Ô CEO. Cómese la a para el verso, y se debe de pronunciar astô ceo. Ceo del latín caelo, y por regla general los gallegos perdemos las consonantes que en latín se hallan entre dos vocales, y en especial las L, N, D, etc.: celo, malo. Que chega astª ô ceo es hipérbole.

 

 

Copla 2

QUE ESTÁ NÔ CAMIÑO. Que está, del latín qui y de sto, stas, stat. Nô por en el ya queda explicado en el NÔ CHAN de la primera copla.

 

CAMIÑO. Lo mismo en portugués, en castellano e italiano camino, y en francés chemin. Así el origen de esta voz toca a muchos a averiguarle. Lo que trae Covarrubias no satisface, y el creer que es voz arábiga no tiene fundamento; ya porque la lengua gallega no tiene voces arábigas, ya porque, cuando una misma voz antigua la usan los italianos, franceses, españoles, etc. Seguramente no es arábiga; y regularmente es, o inmediatamente latina, o mediatamente griega.

 

En Menage se leerán varias etimologías de la voz camino; dice que del griego kampe de donde viene gamba; y de todo campinare o gambinare. Acaso de chame, que es el suelo, se habrá formado chaminos y después camino.

 

QUE VAY AÔ RIVEIRO. Vay del latín vado, vadis, perdida la D: va(d)it. Aô síncope de ad ille. Cuando en gallego se quiere significar ad sólo se escribe á, v.g.: vay á jantar, vay á cabar, etc. Cuando al ad se añade artículo, v.g., en castellano < vete a al plaza>, < vete a la taberna>, < vete al estudio>, < vete al campo>, etc., (es cierto que en masculino y neutro es ad illum y en femenino ad illam) uno y otro se sincopa en gallego, el femenino por aâ y â, y lo otro por aô, ô; v.g.: ad illum campum: a illo campo: a lo campo, y, perdida la L, aô campo, y sincopando más, ô campo: vay ô campo. Item ad illam tabernam: a ila taberna: a la taberna: a â taberna, y sincopando más, â taberna.

 

Esta contracción, aô y aâ, es dificil la pronuncie bien el que no fuere gallego; y si aumenta la contracción en ô y en â se pronunciará bien; pero causará equivocación dudando si a es ad, si es el artículo illa, o si es ad illa; por lo que será del caso escribir á cuando es por sólo ad, escribir â cuando es por sólo illa, y cuando es por ad illa escribir siempre aâ, y en masculino aô, pero las dos vocales se han de pronunciar como diptongo, entre a y o.Y así que VAY AÔ RIBEIRO, sólo tiene seis sílabas, v.g.: < que-vay- ao – Ri- vei- ro>.

 

Es preciso tener esto muy presente por no repetir; y para la ortografía y medidas del verso.

 

RIBEIRO. Hacia el valle de Avión, al oriente del monte Suido nace el río Avia, el cual, caminando poco más de tres leguas, antes de meterse en el Miño, forma dos leguas de valle muy ameno, y cuyas laderas, o riveras, dan el celebrado vino de Rivadabia, ya por el nombre del valle, ya por la villa de Riva de Avia, y sincopado, Rivadabia. A todo aquel valle llaman ô Riveiro, y a los de él (Riveranos) Riveira(n)os o Riveiraos.

 

La voz Riva es del latín ripa, y el nombre Avia y Avión, acaso de avius, avia, avium <cosa fragosa y remota de caminos> cual es el valle de Avión. Avia, neutro plural, corresponde a in via. Así hay otros sitios llamados Avia, y en Portugal hay otro río Avia. Así, la ortografía debe ser Rivadavia.

 

DENDES PONTEVEDRA. Dendes, castellano desde, es el latín dehinc, y acaso deinde; y así creo que también en gallego se dice dende; y es significativo del lugar a quo, o del término de donde.

 

PONTEVEDRA. Por ser Pontevedra el centro de todas las más de las voces de las Coplas, y cuyas vecindades y circunstancias se describen en ellas, es preciso hablar mucho de esta villa, y por no fastidiar se irán tocando a trechos.

 

Llámase así por estar a la orilla del mar, y junto a un puente, que ya hace muchos siglos que era vieja, esto es vetera; y de Ponte vetera se dijo Ponte-vedra, v.g.: como otros lugares: Torres Vedras, Fonte Vedra, Gandara Vedra, etc., y aún en castellano Morviedro o Mor-vedro de Muro vetero. Y así es error decir que tiene aquel nombre del río Vedra; no hay tal río en Galicia. El río de Pontevedra es el Lérez. En los antiguos instrumentos se llama flumen Pontis Veteris.

 

A VILA DO REYNO. Por ser tan populosa, antigua y amena, le doy el título de vila, < pro famosiori> y por el adagio < Pontevedra é boa Vila>.

 

En Plinio y en otros hay el lugar Hellenes, que todos, los extraños y españoles, creen ser Pontevedra, y como fundación de Teucro y de otros griegos; Grecorum soboles omnia, dice Plinio de aquel país marítimo.

 

Después en el Itinerario de Antonino y en los instrumentos antiguos se llama Duos Pontes.

 

 es artículo, illa: la : â. Vila, del latín villa. Los castellano escriben dos LL, y las pronuncian, los gallegos debían escribirlas y pornunciarlas así víl.la, pero basta escribir vila.

 

DÔ por de illo: de lo: dô, que es artículo de genitivo.

 

REYNO del latín regno, perdida la G y diptongando el E en El, como en castellano. Aquí reyno supone por sólo el de Galicia.

 

 

Copla 3

A HUM-HA LEGOIÑA. A, aquí es del latín ad. La voz hum-a pide atención. Había de ser una en castellano, pero los gallegos huimos de pronunciar la N entre vocales, ni con la antecedente, ni con la subsiguiente. No podemos decir u-na, como el castellano, ni u-na, por la aspereza de quedar con la boca abierta para la N, y volverla a abrir para la A. Así convertimos la N en M para cerrar la boca y abrirla para la A, por lo que se había de escribir um-a, y pronunciar no u-ma sino um-a.

 

En los instrumentos se halla escrito, y bien, hum-ha, aspirando las dos vocales casi como gum-ga, pero no con G sino con H muy suave.

 

Los castellanos no pueden entrar en esto, aunque sepan el gallego bien, como ni en distinguir las vocales abiertas de las vocales cerradas, ni en las pronunciaciones sibilantes del X, GE, GI, y jota.

 

LEGOIÑA. Diminutivo de légoa, y esta voz de leuca, que no es pura latina, sino antiquísima francesa.

 

CAMIÑO DEREITO. Camiño ya queda explicado atrás. Dereito del latín directus. Cuando hay CT pierden los gallegos la c, y suelen diptongar la vocal, v.g.: octo : oito, pectus : peito, lectum : leito. Otras veces no añaden l, v.g.: acto : ato, etc.

 

FAY CÒNTA QUE SIGUES. Fay de fac. conta, contar de computare, Sigues, seguir de sequere.

 

Ô RUMBO SUR-LESTO.Rumbo del griego y latín rhombus, que significa el rodaballo. Y el camino que el navío lleva en el mar, o que sigue según el viento.

Sur-lesto, nombre de viento o rumbo, y es el que sigue entre el sur y el leste, o entre el mediodía y el oriente; y en ese rumbo está Parafita.

Dice el poeta sur-lesto, como rústico de tierra, y no como marinero surleste y también para el asonante. Sur, Norte, Leste y Este, son los 4 vientos principales, y son voces góticas o del norte.

 

 

Coplas 4

 

SE SUBE EN RELANZO. Subir, no tanto viene de sub-eo, sub-ire, cuanto de super-eo, ser-ire, y de ahí sobrir, subrir, subir; como del latín superare el verbo sobrar.

Poco importa se halle o no, en los libros latinos, que han quedado, el verbo super-ire, pues estoy firme en que muchas voces latinas perdidas se conservan, aunque desfiguradas, en las lenguas vulgares, dialectos de la latina, y en especial de la gallega. Por lo que, si se reflexionase bien en las voces antiguas italianas, francesas, gallegas, castellanas, etc., se podrían resucitar muchas voces latinas, y puras, que no se hallan en los libros.

 

EN RELANZO. Pasando por Bergantiños oí esta expresión, para significar el subir o bajar una empinada cuesta, al soslayo, por rodeos, y con descanso. Creo oí en parte decir en remanso y en relazo.

Creo vendrá o de relaxo o de relasso, como que se descansa a trechos, después de haberse cansado, y recansado, de subir o de bajar. Para cosa semejante han compuesto los franceses el verbo ralentir, que significa caminar con lentitud, del latín lentus. Acaso de lo mismo, relentar, relantar y relanzo, al modo que se llaman < descansos> de una escalera.

 

POR TODO Ô VIEIRO. Por de per, todo de totum. Vieiro da via, viarium.

 

SEN MUITA FADIGA. Sên o mejor sêm para la E cerrada, y no como el castellano dice hojas de sén, viene del latín sine, que el francés dice sans, y el italiano senza.

Muita de multa, perdida la L, y diptongando el U: mui(l)ta.

Fadiga de fatigo, -as, y de fatiga, -ae, mudando la T en D . No quedó fatiga en el latín, pero se conoce que la hubo.

 

NEN MUITO TORMENTO. Nen, y mejor nêm, por lo dicho en sên viene de nec. Muito de mui(l)to. Tormento de tormentum.

 

 

Copla 5

 

AXIÑA SE CHEGA. Dice, que subiendo al soslayo, se llega más aína al chan de Parafita. Axiña, es voz antigua y especial, pero de difícil origen. El castellano dice aína, presto, temprano, etc., v.g.: < No por mucho madrugar amanece más aína>. Leí en Escalígero, que el aína español era voz arábiga. No hay tal cosa, pues axiña, que es el aína castellano, es antiguo en Galicia, y se usa hoy; y como dije la lengua gallega no tiene voces moriscas.

Puse axiña con X por atender a la pronunciación sibilante gallega, y porque no he visto escrita esa voz. Pero siendo cierto que si se escribe agiña también el GI se ha de pronunciar como XI, digo que para la ortografía recta, se debe escribir agiña, y no como yo puse a bulto axiña.

Mientras otro no me convenciere de mejor origen, digo, que agiña viene del puro latino agino, -as, que significa moverse con presteza y al más leve impulso; y agino o aginor viene de la voz pura latina agina, como dice Festo, que significa el fiel o el eje de una balanza, que siempre está en movimiento; y ésa de ago –is.

Así estoy en que el adverbio agiña o aína, ha sido en su principio verbo e imperativo, v.g.: agina < muévete, despacha> o agedum; como de toda la oración < anda, corre, ve y dile> se formó el correvedil. En castellano, cuando se le quiere dar priesa a alguno, se le dice en imperativo, pica, despacha, aguija, etc., y a imitación: anda, haz esto, agiña.

Por la similitud: que los mercaderes se mueven con presteza para su lucro o, dígase así, aginan de aquí para allí, se formó y bien, el verbo traginar, que se debía restituir, por perdido, pues acaso le habría en lo antiguo, como compuesto de trans y agino.

A este modo el sat -agebat de Marta, es equivalente a sat –aginabat, estaba oficiosa y en un continuo bulli-bulli, como los brazos de una balanza, a cualquiera leve peso que se le añada o quite.

Así como de vagina, perdiendo la g, dice el castellano va(g)ina de sagina, sa(g)in, así de agina, a(g)ina o aína. El portugués de regina, raiña, etc. El gallego en agina suavizó la N, agiña, como en otras muchas voces.

La voz aína, y en plural aínas, significa también según la Real Academia, casi. Es significación segunda, y muy propia, del mismo verbo o nombre agina. Como si dijésemos, estubo a pique, estubo en un tris, estubo en un punto, en el fiel, etc., para hacer o padecer esto o lo otro.

 

SE CHÊGA. Chega de plico, -as y aplico, -as, como queda explicado.

 

AÔ CHAN Ê BEN ANCHO. E de et. Mais de magis, perdida la G. Ben de bene. Ancho de amplo, perdida la M y mudando la PL en CH como de plano: chan. Ê de est.

 

TODO Ô SEU TERREO. Todo de toto; ô artículo illo, el, elo, o; seu de meus, digo suo. Terrèo, de terreno latín, perdiendo la N: terre(n)o.